A través de la fundación She Is, las dos niñas magdalenenses fueron invitadas a compartir con lo más selecto de la comunidad científica.
Anyela Nicoll Guarín Gómez tiene 13 años, le gusta bailar, jugar con sus amigas; Yeira Sharick Navarro Sánchez prefiere cantar y jugar a ser exploradora.
Ambas cursan octavo grado en el colegio Juan Francisco Ospina en el corregimiento de Santa Clara, Fundación; en las estribaciones de la Sierra Nevada.
Sus madres, son líderes de la asociación ‘Mujeres Confeccionando Tejido Social’, donde se busca la formación empresarial de las mujeres en la población rural.
A partir de la reutilización de materia prima y pura creatividad, le apuestan a mejorar la calidad de vida de mujeres históricamente marginadas y empobrecidas.
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SHE IS
La intensa labor de esta asociación, quedó en el radar de She Is, una fundación sin ánimo de lucro que trabaja por la mujer, su autonomía y su educación.
En octubre de 2019, a través de su directora Nadia Sánchez, firmaron un convenio con el Space Center de la Nasa, ubicado en Houston, Texas, en Estados Unidos.
La Nasa, le abrió las puertas a la fundación para que mujeres y niñas en condición de vulnerabilidad, aprovecharan procesos de formación que las empoderen.
Anyela y Yeira serán de las primeras: niñas brillantes, soñadoras, pero también campesinas y víctimas del desplazamiento por el conflicto armado en Colombia.
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ANYELA GUARÍN GÓMEZ
“Una niña empoderada es una mujer segura” dice con total desparpajo esta niña de 13 años, que hoy sueña con ser una de las mejores doctoras del país.
Emocionada, hasta el tuétano, de ser elegida por She Is para ser parte del selecto grupo de niñas que viajarán como invitadas a la Nasa, nunca lo creyó posible.
Santa Clara, el corregimiento donde vive, a duras penas cuenta con vías destapadas. La señal de celular casi nunca llega, y los servicios básicos son inexistentes.
Es la mayor de dos hermanos, el orgullo de una familia de cuatro, que en 2001 tuvo que salir despavorida del pueblo, por cuenta del terrorismo de los paramilitares.
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YEIRA NAVARRO SÁNCHEZ
Es más extrovertida que Anyela, habla siempre con voz clara y fuerte, y con una propiedad asombrosa al explicar, por ejemplo, el proceso de cultivo del café.
Proviene de una familia totalmente campesina, que si bien nunca ha contado con mayores recursos económicos, el afán por educarse ha sido su salvavidas.
Nunca ha montado en un avión, difícilmente recuerda alguna vez haber salido del departamento del Magdalena, pero el 26 de marzo irá rumbo a Estados Unidos.
No puede creer que “una niña desplazada y campesina” haya sido invitada. Hoy celebra, sus sueños, y el nombre del Magdalena, estarán más cerca de las estrellas.
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