Esta es la primera entrega del especial periodístico acerca de la realidad infortunada de migrantes venezolanos en la capital del Magdalena. Sus realidades sentidas desde la supervivencia, el drama que viven miles de ellos a diario, frente a la incapacidad estatal para atenderlos. Santa Marta se convierte nuevamente en el epicentro de recepción de desplazados, tal como en las épocas oscuras del conflicto interno colombiano.
En Santa Marta no cabe un venezolano más. El alto flujo de migrantes del vecino país los ha convertido en personas que viven a la merced de la desgracia y los infortunios.
Las opiniones están divididas con respecto a su permanencia en la ciudad. Muchos se sienten estorbados por su presencia, otros más ven esta realidad con ojos de misericordia y compasión.
No existe una cifra oficial del total de venezolanos en Santa Marta.
El gobierno de Juan Manuel Santos Calderón designó a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres -U.n.g.r.d- para realizar el registro.
El Departamento Administrativo Distrital para la Seguridad Ambiental -D.a.d.s.a.- fue el encargado de recolectar la información que alimentaría el Registro Administrativo de Migrantes Venezolanos en Colombia -R.a.m.v-
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¿CUÁNTOS VENEZOLANOS HAY EN SANTA MARTA?
En el departamento del Magdalena se establecieron puntos de censo en 21 de los 30 municipios. En Santa Marta funcionaron cuatro centros de registro.
El Centro Regional de Víctimas, el antiguo hospital San Juan de Dios, el Centro de Protección al Ciudadano y el punto Vive Digital frente a Cajamag recibieron a los miles de venezolanos.
En Santa Marta según este registro habitan 19.457 personas venezolanas traducidas en 10.482 núcleos familiares. La cifra es inconclusa con el panorama real.
Para Migración Colombia la cifra de venezolanos en Santa Marta supera los 40.000 migrantes. 4.236 de ellos lo han hecho con pasaporte en el primer semestre del 2018.
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RECEPTOR HISTÓRICO
Para el año 2001 la entonces Red de Solidaridad Social registraba el alto número de desplazados hacía Santa Marta por causa de la violencia que vivía el departamento en esa época.
A la ciudad llegaron ese año 11.646 desplazados. Para el 2013 la Unidad para las Víctimas registró a la capital del Magdalena como zona de alta recepción de víctimas del conflicto armado interno.
Los venezolanos en Santa Marta viven en condiciones precarias.
La llegada de unas 174.000 personas a Santa Marta en el marco del conflicto produjo el surgimiento de 40 asentamientos sub normales urbanos en las periferias de la ciudad.
Las cifras son insuficientes para demostrar la verdadera realidad de este flagelo que ha deteriorado la calidad de vida de los samarios y mantenido en la desgracia a los venezolanos.
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SERVICIO DE EDUCACIÓN: UN OASIS EN LA SEQUÍA
La política de la alcaldía Distrital de Santa Marta frente a la educación de los menores de nacionalidad venezolana ha sido tolerante e inclusiva.
Según la secretaría de Educación distrital a pesar de que el 90 % de los menores que llegan a Santa Marta del vecino país son indocumentados, a ninguno de ellos se les niega el cupo.
Decenas de niños venezolanos que llegan a Santa Marta no están estudiando. Muchos trabajan.
Los padres de los niños en esta condición deben firmar un compromiso con el colegio para solucionar en el menor tiempo posible la situación legal de sus hijos.
Para el 2017, unos 250 menores venezolanos terminaron sus estudios correspondientes en los 70 colegios distritales de la la ciudad.
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LOS NUEVOS DUEÑOS DEL REBUSQUE
La necesidad de sostener a sus familias en Venezuela ha creado nuevas formas de trabajo. La Avenida Campo Serrano es ahora el acopio de decenas de peluquerías ambulantes.
Ya es cotidiano la venta de tinto de las venezolanas, la comercialización de dulces acompañados de un discurso de necesidad en los buses de servicio público. Solo por mencionar algunas labores.
La Carrera Quinta alberga decenas de venezolanos en el ‘rebusque’.
Para la Unidad Defensora del Espacio Público -U.d.e.p- 10 de cada 15 decomisos en las calles de la ciudad se le hace a vendedores informales provenientes del vecino país.
Solo en un operativo realizado a mediados de marzo en el Parque de Los Novios, 21 venezolanos fueron desalojados del lugar por invadir el espacio público.
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VENEZOLANOS SE DEVUELVEN A LA FUERZA A SU PAÍS
El desborde de la inseguridad y el comercio informal ha llevado a las autoridades locales a realizar de la mano de Migración Colombia y la Policía Nacional jornadas de control.
Para mediados de abril, 40 ciudadanos venezolanos fueron deportados a Venezuela por no contar con los documentos legales para habitar en Santa Marta.
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El pasado 22 de agosto, 167 migrantes venezolanos fueron también devueltos a su país de origen luego de comprobarse que pretendían ingresar a la ciudad sin la documentación requerida.
En el procedimiento fueron requisados 42 buses intermunicipales en un puesto de control ubicado en el sector de Las Tinajas, en la vía que de Santa Marta conduce a La Guajira.
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¿MUCHOS VINIERON A DELINQUIR?
Las cifras de la Policía Metropolitana de Santa Marta no mienten. Desde el año 2017, el accionar delictivo de los ciudadanos venezolanos ha incrementado en la ciudad.
Solo para el 2017 se registraron 108 capturas a personas provenientes de Venezuela por delitos, en su mayoría, relacionadas al hurto, estupefacientes y porte ilegal de armas.
Las capturas en lo que va del 2018 ya sobrepasó las cifras del 2017.
Sin embargo, en lo que va del 2018 el panorama es aun peor: a corte de agosto, 142 personas provenientes de la tierra de Bolívar han sido capturadas por la Policía Metropolitana.
Las cifras demuestran que los venezolanos delinquen en su mayoría con estupefacientes, el hurto a personas y locales comerciales, además de las lesiones personales.
