Los patios de las casas, se convirtieron en la ‘trampa’ ante la normativa del cierre de los establecimientos nocturnos en la ciudad.
Durante el reciente fin de semana, la Secretaría de Seguridad distrital y la Policía Metropolitana, intervinieron tres fiestas clandestinas en Santa Marta.
El número, que es apenas irrisorio ante la cantidad de denuncias ciudadanas, hizo público una realidad: los bares y discotecas no están cerrados en la ciudad.
Sólo que de alguna manera, cambiaron de forma. Y ahora, se adaptaron a patios y terrazas residenciales, que tienen espacio de sobra para una pista de baile.
El aire acondicionado y el servicio de bar quedaron relegados para los irresponsables, que sin temor al covid-19, participan de estos jolgorios.
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BARRIOS POPULARES
El uso de estos espacios como las nuevas discotecas de la ciudad, se configura como la ‘trampa’ ante la normativa de cerrar estos establecimientos por el covid-19.
Argumentando que se trata de una propiedad privada, los organizadores de estos eventos clandestinos, pensaron que pasarían inadvertidos ante las autoridades.
Las caravanas de seguridad que organizó la alcaldesa @VirnaJohnson permitieron llegar a un patio rumbero clandestino ubicado en la ensenada de Juan XXIII. pic.twitter.com/ADudqDlZuS
— Secretaría de Seguridad y Convivencia SMR (@SeguridadSMR) February 14, 2021
La Alcaldía, junto con la Policía, ya los tiene en la mira, e incluso, geolocalizados: la mayoría de estos se encuentran en los barrios populares de la ciudad.
En 20 de julio, Pescaíto y Juan XXIII son alguno de los barrios donde fueron desmantelados. Más de 80 comparendos fueron impuestos a los ciudadanos.
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SIN DIOS NI LEY
Mientras que en la ciudad crecen los contagios, en los patios residenciales se desmantelan fiestas con más de 100 personas, sin ningún tipo de cuidado.
Por si fuera poco el riesgo que representan para la salud pública, a estas nuevas ‘discotecas’ entran sin ningún tipo de control, niños, niñas y adolescentes.
Que cabe resaltar, consumen licor sin ningún tipo de pudor, ante la mirada cómplice de los adultos que allí están. Los padres deberán responder por ellos.
Para evitar aquel dicho de que “con la ley, la trampa” la Alcaldía decretó no sólo el cierre de bares y discotecas, sino también de “lugares de baile”. ¡A respetar!
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