El icónico hotel se encontraba ubicado en el balneario de Playa Grande, en Taganga.
Alrededor de las 8:30 pm los pobladores de Taganga comenzaron a notar la voracidad de unas llamas que se extendían en gran parte del cerro, que conecta al pueblo con el balneario de Playa Grande.
De inmediato, se prendieron las alarmas. Sobre todo, cuando se evidenció la llegada de autoridades de riesgo y los mismos lancheros comprobaron que el hotel Jaba Nibue, ardía en llamas.
Instantes después, jóvenes tagangueros se alistaron en pequeñas embarcaciones para prestar ayuda, pues, debido a la ubicación del hotel a los bomberos se les hacía imposible llegar.
Al llegar a Playa Grande, unos pocos huéspedes aguardaban en la orilla de la playa, bastante asustados y confundidos. Todo pasó muy rápido.
EL VANDALISMO SE HIZO ESPACIO
Tal como lo manifestó la gerente del hotel, María de la Hoz, afortunadamente sólo tenían cuatro habitaciones ocupadas, lo que daba un total de no más de 10 personas.
Asimismo sólo se encontraban laborando 5, de los 25 empleados: Su persona, la recepcionista, una persona dedicada a la limpieza, el vigilante y un camarero.
Sin embargo, el alivio de la gerente al ver la ayuda de los pobladores, se vio rápidamente empañada cuando al mismo tiempo, empezó a observar como algunos jóvenes, aprovechándose de la situación, saqueaban el hotel.
Televisores, neveras, computadores, cámaras de video, estufas, cuadros, espejos y hasta camas, empezaban a apilarse a lo largo de la playa, para después ser embarcadas en lanchas.
AMENAZAS CON ARMA BLANCA EN EL INCENDIO
En esa situación, empleados trataron de evitar el robo sistemático, sólo para ser amenazados con armas blancas, por parte de los desadaptados a los que sólo le importaba la cantidad de electrodomésticos de los que pudieran apropiarse.
Sin embargo, es preciso destacar la labor de otros jóvenes, que valientemente y armados con canecas, lucharon incansablemente por apagar las llamas.
Cosa que lograron hacer, pues cuando lograron llegar los bomberos y los uniformados de la Policía Nacional; gran parte del incendio había sido controlado y los huéspedes trasladados hacia el hotel Ballena Azul.
SÓLO PÉRDIDAS MATERIALES
Cabe mencionar que no se presentaron heridos de gravedad, sólo tres empleados que tratando de sacar las pertenencias de los huéspedes, inhalaron humo y manifestaron problemas para respirar.
Finalmente, CÓDIGO PRENSA conoció que el hotel, propiedad de la familia Pizarro, cuenta con una póliza de seguro. Pero, se encuentran a la espera que se adelanten las pesquisas necesarias para determinar el origen del incendio, pues uno de los empleados aseguró haber visto a una huésped, fumando en un balcón.
Por lo que una de las teorías que toma fuerza, es que las llamas iniciaron con una colilla de cigarrillo que cayó en uno de los techos de paja que tiene el establecimiento. Propagándose rápidamente por la abundancia de este material en el hotel y las brisas que se presentaban en la zona.