Poca presencia de las autoridades competente en el rio Bonda, un punto turístico concurrido sin ningún control.
Buses con turistas, carros, muchas motos y una romería es lo que el corregimiento de Bonda vive cada puente festivo como este del 16 de agosto, en donde bañistas llegan hasta el rio sin la presencia de las autoridades.
Esta actividad de los bañistas en el rio es muy usual en el sector de Bonda, en especial en la llamada Cascadas de Bonda, rodeado de decenas de puestos con venta de sancocho, cerveza y música a todo volumen.
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El corregimiento de Bonda, que está ubicado a 50 minutos del centro histórico de Santa Marta, se ha convertido en una alternativa para turistas y nativos quienes aprovechan el rio para recreación y reactivación económica
En la actualidad, el corregimiento de Bonda en Santa Marta cuenta con 12 mil habitantes aproximadamente quienes han tenido que ver como cada día la actividad comercial se mete más cerca del rio en otrora a los días silvestres de flora y fauna.
¿QUIÉN CONTROLA EL HACINAMIENTO?
Desde muy temprano comienzan a llegar los bañistas al rio Bonda en especial a las Cascadas de Bonda en donde familias enteras se van acomodando en el mejor lugar que pueden para pasar el día antes que se replete el balneario.
Sin ningún tipo de control o debida separación para mantener un aforo, los minutos pasan y las personas se acomodan desprevenidamente unos al lado de otros ignorando el contagio del Covid 19.
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A medida que avanza la mañana los Pick up se encienden con música de todo género, pero todos sonando a altos decibeles, mientras que las autoridades ambientales dejan de controlar esta situación.
Según los mismos vendedores de comidas, a lo largo del rio Bonda, la mayoría de los visitantes al afluente son los mismos samarios y un bajo porcentaje de turistas del interior de Colombia.
LA INFORMALIDAD
Ninguno puede negar que las humeantes ollas de sancochos en el balneario del rio Bonda les falta sazón o tengan un mal aspecto, pero las autoridades competentes del distrito no controlan la proliferación de esta venta de la tradicional sopa.
La salubridad es un factor que no se mide a las orillas del rio Bonda, a la hora de la comercialización de sancochos sin contar que las escasas playas del rio están llenas de ventas de pasteles, gaseosas y cervezas.
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Por suerte los precios de las ventas de comidas no son exorbitantes, pero cada vez hay menos espacio para los bañistas y más para el comercio informal.
Es necesario mencionar que operadores turísticos tienen este sector, del rio Bonda, como parte de la vitrina para mostrar sitios con atractivo natural pues los buses con turistas llegan muy temprano al rio para evitar el gentío y el comercio informal.
SEGURIDAD
Cuatro o cinco policías hacen parte del cuadrante, del corregimiento de Bonda, quienes tiene que atender esta multitud bonderos y visitantes al rio, no obstante, su radio de acción se extiende hasta el barrio Galicia a 20 minutos del balneario.
La prevención de los bonderos y turistas, en cuanto a una creciente súbita del rio es latente, pues a las primeras gotas de lluvia, los bañistas en las Cascadas de Bonda, salen corriendo de allí.
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En una visita de campo de CODIGO PRENSA, este 16 de agosto, constató que no había presencia permanente de policía o Defensa Civil para suplir cualquier emergencia, sin embargo, funcionarios de la alcaldía hacen rondas esporádicas al sector.
La falta de señalización, en el camino hacia Las Cascadas de Bonda y la rivera del rio brillan por su ausencia, lo que convierte al sendero en un parqueadero de carros y motos sin ninguna prevención en caso de una urgencia.
