El presupuesto de $1.5 billones aprobado en Santa Marta para 2025 busca sentar las bases de un desarrollo sostenible para los próximos 500 años.
La aprobación del presupuesto de $1.5 billones para el año fiscal 2025 marca un hito para Santa Marta, una de las ciudades más antiguas de América. Con este recurso, Santa Marta se prepara para enfrentar sus históricos desafíos en infraestructura, agua potable y desarrollo social, en un contexto de profunda expectativa pública y de retos de ejecución administrativa. La asignación, dividida en áreas estratégicas, entre ellas saneamiento, salud, educación y vías urbanas, tiene una carga simbólica y estratégica, pues su impacto va más allá de la conmemoración de los 500 años de fundación. Es una oportunidad para sentar las bases de un desarrollo sostenible y de un progreso inclusivo que transforme las condiciones de vida en la ciudad y promueva una identidad renovada.
Alcantarillado y agua potable: núcleo de prioridades
Uno de los componentes fundamentales del presupuesto es el saneamiento básico, que incluye los sistemas de alcantarillado fluvial y el tratamiento de aguas residuales. Este sector ha sido un eje crítico en el que el alcalde Carlos Alberto Pinedo Cuello ha decidido concentrarse debido a la crisis hídrica que afecta a Santa Marta y que, a la fecha, impacta la calidad de vida de miles de habitantes. De los $1.5 billones, una porción sustancial se destinará a este ámbito, en un esfuerzo por avanzar en la expansión y modernización de las redes de alcantarillado.
Para garantizar una solución integral y duradera, el secretario de Hacienda, Gonzalo Martín Gutiérrez Díazgranados, ha subrayado la necesidad de trabajar en un esquema a corto, mediano y largo plazo, que permita ejecutar acciones efectivas para el control de las aguas fluviales y negras. A esta inversión directa se suma la incorporación proyectada de vigencias futuras por un monto de más de $600 mil millones, destinada a la infraestructura hídrica, lo cual representa una medida de alcance más amplio y ambicioso.
Salud y educación: los pilares de la inclusión social
Santa Marta destina parte de este presupuesto a mejorar sus sistemas de salud y educación, considerados pilares estratégicos para el crecimiento sostenible. La partida para salud alcanza los $300 mil millones, mientras que la de educación supera los $500 mil millones, reflejando el compromiso por aumentar la cobertura y mejorar los servicios básicos en ambos sectores. En el ámbito educativo, el presupuesto proyecta la creación de infraestructuras modernas y programas de capacitación docente, diseñados para elevar la calidad de la educación en barrios y zonas rurales, un aspecto crítico en una ciudad con altos índices de población en situación de vulnerabilidad.
Este enfoque en salud y educación también responde a las brechas de servicios que enfrentan diversos sectores de Santa Marta. Con $250 mil millones de la partida general destinados a libre inversión, el Concejo ha planteado proyectos para optimizar la atención en salud pública, incluyendo iniciativas para construir y renovar centros médicos en sectores estratégicos. Además, el fortalecimiento del sistema educativo responde al interés de la administración actual de dotar de mayor capital humano y oportunidades a una población joven, que en su mayoría enfrenta desafíos económicos y laborales.
Vías internas: una ciudad que se renueva desde sus barrios
Otro punto importante del presupuesto es la mejora de las vías internas, particularmente aquellas que conectan los barrios y zonas rurales. En este sentido, el Concejo aprobó un cupo de crédito de $407 mil millones, de los cuales $40 mil millones se asignarán a una iniciativa para intervenir calles y accesos en barrios que han sido históricamente excluidos de los planes de desarrollo urbano. El proyecto se espera comenzar en enero de 2025, con una proyección ambiciosa de alcance a lo largo del año.
Esta inversión responde a una demanda ciudadana de mejoras en la infraestructura vial que impacta directamente la movilidad y la economía local. Al mejorar las vías, se facilitan también los desplazamientos internos, que benefician tanto a la población residente como al turismo, una de las principales fuentes de ingresos de la ciudad. El programa “Mi Calle” no solo mejorará la conectividad, sino que también busca incentivar el sentido de pertenencia y la identidad samaria, elementos clave en la consolidación de un ambiente urbano seguro y accesible.
Recaudos y alivios: los retos de financiar el futuro
Uno de los desafíos de este presupuesto es garantizar los recursos necesarios para cumplir con las proyecciones. Consciente de esta situación, el Secretario de Hacienda ha lanzado el proyecto de Alivios Tributarios, una estrategia diseñada para facilitar el pago de impuestos predial y de industria y comercio, con el objetivo de asegurar ingresos estables para el distrito. Este plan incluye condiciones especiales para el pago de deudas tributarias, que, según Gutiérrez, aportará a la generación de ingresos adicionales, clave para la implementación de los proyectos priorizados.
Esta medida busca no solo incrementar el flujo de ingresos, sino también alentar la formalización y el compromiso de los ciudadanos con el financiamiento de su propia ciudad. Los recaudos proyectados superan los $1.5 billones aprobados, generando expectativas de contar con un fondo adicional que amplíe las posibilidades de inversión en sectores críticos.
Un aniversario simbólico y estratégico
La conmemoración de los 500 años de Santa Marta es una fecha de relevancia histórica que invita a la reflexión sobre el pasado, presente y futuro de la ciudad. Sin embargo, este presupuesto busca ir más allá de una celebración momentánea, aspirando a dejar un legado de desarrollo sostenible que impacte a las generaciones futuras. La apuesta fiscal 2025 se convierte así en un instrumento de cambio que aspira a transformar las condiciones estructurales de Santa Marta, honrando sus cinco siglos de historia y proyectándola hacia un futuro con mejores oportunidades para todos sus habitantes.
