La Fundación Unima y la misión médica internacional Healing The Children Northeast transforman vidas de 140 niños.
Un esfuerzo conjunto entre la Empresa Social del Estado (E.S.E.) Hospital Universitario Julio Méndez Barreneche, la Fundación Unima Santa Marta y el equipo médico internacional de la Organización Americana Healing The Children Northeast cambiará la vida de 140 niños y adolescentes que padecen fisura de labio y paladar.
La iniciativa, que se lleva a cabo desde principios de octubre, marca la jornada 31 de cirugías gratuitas para niños y jóvenes magdalenenses que sufren de estas y otras malformaciones genéticas. Este proyecto médico-social, que concluirá a finales de mes, subraya la importancia de la atención quirúrgica accesible para menores de familias de escasos recursos.
El propósito de la jornada
La fisura de labio y paladar es una de las malformaciones congénitas más comunes a nivel mundial. En Colombia, según datos del Instituto Nacional de Salud, aproximadamente uno de cada 700 recién nacidos presenta este tipo de malformación, la cual puede causar problemas de alimentación, audición y habla, así como dificultades emocionales y sociales si no se trata adecuadamente. En respuesta a esta necesidad, la Fundación Unima Santa Marta, en colaboración con el Hospital Universitario Julio Méndez Barreneche, ha liderado por más de dos décadas una serie de jornadas quirúrgicas, atendiendo a más de 2.800 niños desde 1996.
El equipo médico que realizará las cirugías está compuesto por expertos de Healing The Children Northeast, una organización estadounidense que ha llevado su labor humanitaria a varios países en vías de desarrollo. Este grupo de voluntarios viaja por el mundo con el propósito de ofrecer cirugías reconstructivas gratuitas a niños que de otro modo no podrían acceder a estos procedimientos.
Intervenciones que cambian vidas
Las cirugías reconstructivas, que incluyen el cierre de fisura labial, palatina y otras malformaciones, no solo permiten corregir los problemas estéticos, sino también mejorar la calidad de vida de los pacientes. Los procedimientos ayudan a que los niños puedan desarrollar habilidades básicas como comer y hablar adecuadamente. “Vemos la necesidad de brindarles procedimientos médicos a los niños que no cuentan con los recursos para acceder a ellos”, expresó el médico anestesiólogo que encabeza la misión. “Estamos retomando la misión luego de la pandemia, algo que nos tuvo muy frenados, pues no teníamos cómo gestionar los recursos”.
Estas cirugías se realizarán en las instalaciones del Hospital Universitario Julio Méndez Barreneche hasta finales de octubre. Los pacientes, provenientes no solo del departamento de Magdalena, sino también de regiones aledañas, recibirán una atención integral que incluye consultas preoperatorias, intervenciones quirúrgicas y seguimiento postoperatorio.
Un legado de altruismo y compromiso social
La Fundación Unima Santa Marta ha trabajado de manera incansable para asegurar que niños de escasos recursos tengan acceso a estas cirugías desde su fundación en 1996. Creada por la señora Cecilia Santos de Cely, la organización ha realizado más de 2.800 procedimientos quirúrgicos, beneficiando a niños con fisura labial y palatina, malformaciones en orejas y manos, así como secuelas de quemaduras. La Fundación opera sin ánimo de lucro y se sostiene gracias a donaciones de empresas y particulares.
Helena Santos, encargada de inscripciones de la Fundación Unima, comentó sobre la importancia de la labor: “Queremos que más niños y adolescentes se sumen a este llamado en pro de su salud y bienestar. Invitamos a todos, incluso a los departamentos aledaños al de nosotros, a que se inscriban a esta labor altruista”. Santos también señaló que la Fundación se encarga de proveer alojamiento, alimentación y atención tanto a los niños como a sus acompañantes, garantizando que su estancia en el hospital sea lo más cómoda posible.
Un esfuerzo colectivo
La jornada quirúrgica cuenta con el apoyo logístico y material del Hospital Universitario Julio Méndez Barreneche, que ofrece sus instalaciones y recursos médicos para llevar a cabo las cirugías. Además, el ejército colombiano ha brindado su colaboración proporcionando alojamiento y seguridad para el equipo médico internacional. Esta red de apoyo refleja el compromiso colectivo para cerrar las brechas en el acceso a la atención médica entre la población más vulnerable.
En el marco de esta jornada, los médicos de Healing The Children Northeast no solo realizan las cirugías, sino que también capacitan a profesionales de salud locales, permitiendo que el impacto de su labor se extienda más allá de la intervención puntual.
Un contexto de desigualdad en la atención médica
A pesar de los esfuerzos de iniciativas como la de Unima y el Hospital Universitario, la desigualdad en el acceso a la atención médica sigue siendo un problema crítico en Colombia, especialmente en las regiones más apartadas. De acuerdo con el Ministerio de Salud, más del 50 % de la población rural carece de acceso adecuado a servicios especializados de salud, lo que afecta gravemente la calidad de vida de los niños que nacen con malformaciones como la fisura de labio y paladar. Este tipo de cirugías pueden costar entre 10 y 15 millones de pesos en una clínica privada, una cifra inaccesible para la mayoría de las familias rurales.
En este contexto, la labor de fundaciones como Unima resulta esencial para paliar las deficiencias del sistema de salud público. Su capacidad para movilizar recursos y apoyo de actores nacionales e internacionales ha sido clave para garantizar la continuidad de las jornadas quirúrgicas, incluso en los momentos más difíciles, como durante la pandemia del COVID-19.
El reto de la pospandemia
El impacto de la pandemia en las actividades médicas y humanitarias fue profundo. Durante dos años, las jornadas de cirugías gratuitas se vieron interrumpidas, afectando a cientos de niños que quedaron en lista de espera. «La pandemia fue un reto muy grande para nosotros, no solo por la logística, sino también porque muchas familias quedaron en situaciones económicas muy precarias», explicó Helena Santos. Sin embargo, con el levantamiento de las restricciones y el apoyo renovado de donantes y voluntarios, la Fundación Unima ha podido retomar su misión con más fuerza que nunca.
Futuro de la Fundación Unima y su misión
La jornada de 2024 es solo una parte de los planes de la Fundación para el futuro. Según Helena Santos, uno de los objetivos de Unima es expandir su capacidad de atención a otras malformaciones congénitas y patologías que afectan a niños en situación de vulnerabilidad en la región Caribe. Además, la Fundación está trabajando en programas de concienciación para que las familias puedan detectar tempranamente estas condiciones y buscar tratamiento oportuno.
La jornada de cirugías gratuitas en Santa Marta es un testimonio de cómo la colaboración entre instituciones locales, fundaciones y organizaciones internacionales puede transformar vidas. Para los niños, niñas y jóvenes beneficiados, esta intervención representa no solo una mejora en su salud física, sino también una oportunidad de tener una vida más plena y digna. En una región donde el acceso a servicios de salud especializados sigue siendo limitado, esfuerzos como este subrayan la importancia de continuar cerrando las brechas de desigualdad y promoviendo una atención médica equitativa para todos los sectores de la población.
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