Zunilda Rosa Calvo Pérez nació en el corregimiento de Cantagallar, Municipio de El Piñón Magdalena, el 6 de febrero del año 1910; reside en la calle 10C del barrio María Cristina en la ciudad de Santa Marta. Tuvo 10 hijos, de los cuales han fallecido cuatro, y manifiesta que el secreto de vivir 109 años es la buena alimentación.
Zunilda es una abuela magdalenense de “racamandaca”, disfruta su vida con tranquilidad, y es de las pocas que tienen el privilegio de contar 109 velas en su pudín de cumpleaños.
Esta mujer aún lúcida, ilustra a quienes comparten con ella muchas de las costumbres que le han hecho posible ser longeva. Los nietos, tataranietos y bisnietos de Zunilda son quienes han alegrado su diario vivir.
Su mirada esperanzadora es el reflejo de la lucidez.
Es la imagen que representa el popular adagio “todo tiempo pasado fue mejor”, y dice que el secreto para llegar a los 109 años es la buena alimentación.
Desde niña su comida favorita es el bocachico y el pollo, aunque no es de su agrado el hecho de que hoy día se le agreguen diversas composiciones químicas especialmente a la preparación de las aves domésticas.
COSTUMBRES DE ANTAÑO
Es una dama de interesante conversa, tono ceremonial y de una magnifica evocación. No le faltaron admiradores en su juventud, porque los vestidos atractivos que usó eran la mejor estrategia.
Zunilda medita por largas horas sentada en su silla, y trae a su mente recuerdos de la época estudiantil. Las clases de urbanidad, historia de Colombia, y el abecedario son algunos de los temas.
Los niños vecinos se sienten atraídos por el cariño y los abrazos de Zunilda.
Su esposo falleció hace más de 40 años, pero tuvieron 10 hijos; para la súper abuela la juventud de ahora no es como la de antes, ya que existía respeto hacia los padres.
Nos lleva a reflexionar frente a esta crisis de valores de la que somos testigos hoy día. Sus palabras nos permiten aprender de la experiencia que nos brinda la oportunidad de compartir con ella.
SU VIDA ACTUAL
El día de esta mujer extraordinaria empieza a las cinco de la mañana, y termina a las siete de la noche cuando se retira a su alcoba para refugiarse en brazos de Morfeo.
Vive una vida sana y sin excesivos quebrantos de salud, tanto así que lo que regularmente la aqueja es la llegada de virus como la gripe.
Cuando cumplió 106 años estuvo acompañada por sus hijos e hijas.
Hasta hace 5 años atrás Zunilda realizaba algunos quehaceres del hogar, pero aun sus hijos se quedan admirados de la fortaleza y vitalidad que tiene su madre.
La súper abuela concede el privilegio a quienes quieren conocerla. Los vecinos en la calle 10C saben de su historia, el tiempo, el destiempo y de la gracia sin igual de los 108 años que ha vivido.
