En dos años y medio, Edilson Miguel Palacio Castañeda dejó de hacer una vigilancia fiscal efectiva y se convirtió en una decepción como responsable de la defensa del patrimonio público.
Edilson Miguel Palacio Castañeda, contralor de Santa Marta desde el pasado 14 de junio de 2017, estaría en una desenfrenada carrera contra el tiempo perdido.
Las actuaciones recientes indican que el contralor pretendería hacer en una semana, lo que no logró en 31 meses: vigilar el uso correcto de la plata pública.
Palacio Castañeda, samario de ‘pura cepa’, criado en el barrio Galicia; llegó a la dirección del órgano de control, tras superar una larga y brutal batalla política.
Como candidato independiente a la Contraloría de Santa Marta, este abogado defendió ante la justicia, el haber ganado el concurso que le proveyó el cargo.
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PATITO FEO
Los integrantes del Concejo de Santa Marta fueron los primeros en oponerse a la designación de Edilson Miguel Palacio Castañeda, como contralor de la ciudad.
Los cabildantes, quienes, para la época de los hechos estaban inclinados en favor del exalcalde Rafael Alejandro Martínez, sabotearon con frecuencia a Palacio.
A pesar de haber pertenecido a la ‘Casa Caicedo’, este clan político recurrió a todo tipo de mecanismos legales para evitar que hubiese un contralor independiente.
Después de casi dos años y una maratónica estrategia judicial de defensa de su derecho, Edilson Miguel Palacio Castañeda se impuso a quienes no lo querían.
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A LAS CARRERAS
Desde hace una semana el contralor de Santa Marta pareciera estar corriendo para hacer evidencia de una gestión que, a la fecha, le queda debiendo a los samarios.
La web www.contraloriadistrital-santamarta-magdalena.gov.co dice que Palacio, el 26 de diciembre, demandó el nuevo contrato de alumbrado público para el Distrito.
Tres días antes de terminar 2019, publicitó la certificación que le otorgó el Icontec y el mismísimo 31 de diciembre entregó, ante la prensa, la sede propia de la entidad.
Sobre la hora, denunció en radio, el alto riesgo que corre Santa Marta de volver a incurrir en la Ley 550 por culpa de los bajos recaudos existentes y proyectados.
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FINAL… FINAL…
Lo cierto es que a Palacio Castañeda se le acabó el tiempo. Hoy, pareciera que el contralor pretendería hacer en una semana, lo que no logró en 31 meses.
Siendo un funcionario que se hizo al cargo como independiente y teniendo la posibilidad de defender los intereses de Santa Marta en autonomía, decepcionó.
Durante los últimos dos años y medio, Edilson Miguel Palacio Castañeda llevó a la frustración a la opinión pública que esperaba resultados contundentes en la materia.
El funcionario perdió la oportunidad de cambiar la idea que la Contraloría de Santa Marta sería exánime institucionalmente, débil para sancionar y foco de corrupción.
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