Desde hace años, organizaciones cristianas y católicas se han sumado al activismo nacional que se ha levantado ante el debate de la penalización del aborto.
Pese a las diferencias teológicas, cristianos y católicos en Santa Marta, han coincidido en una misma lucha: la defensa de la vida del no nacido.
El aborto, cuya legalización o prohibición ha despertado intensos debates a nivel nacional e internacional; no ha sido un tema ignorado por parte de estos grupos.
A través de organizaciones como ‘Lazos de Amor Mariano’ y distintas iglesias evangélicas, han sumado voces en manifestaciones en contra de esta práctica.
Esta batalla social ha llegado hasta el mismo Congreso, donde cuentan con un abanico de legisladores que firmaron ‘un pacto para defender la vida’.
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40 DÍAS POR LA VIDA
En septiembre del año pasado, estos grupos provida, participaron de las vigilias organizadas en el marco de la campaña internacional: ’40 días por la Vida’.
La jornada se desarrolló en más de 505 ciudades de los cinco continentes, en las que voluntarios se ubicaron en clínicas donde realizan abortos, a orar y ayunar.
Las actividades, propuestas como una lucha espiritual para ‘el inicio del fin del aborto’, contaron con programas de apoyo a la mujer con embarazo en crisis.
Y en su edición realizada en abril de ese mismo año, logró evitar el aborto de 55 bebés en toda Colombia, entre esos, uno en la ciudad de Santa Marta.
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PROFAMILIA EN LA MIRA
En Santa Marta, al igual que en el resto del país, estas jornadas se han concentrado en las afueras de las sedes y clínicas de Profamilia.
Cabe recordar que Profamilia es la organización que provee servicios de salud reproductiva, y la entidad que practica la mayoría de abortos en Colombia.
Profamilia actúa bajo las tres causales establecidas en la Sentencia 355 de 2006: riesgo de muerte para la madre; malformación del feto o violación.
Estas tres circunstancias, aún son insuficientes para los grupos que repudian el aborto, que consideran el derecho a la vida, como un derecho supremo.
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CASO JUANSE
Juan Pablo Medina es un joven payanés, que desde finales del mes de octubre, venía liderando una batalla jurídica para que su expareja no abortara.
Señalando su disposición y la de su familia, para acoger y criar al niño apenas naciera; puesto que la mujer había manifestado su intención de no tenerlo.
Con plantones, marchas y campañas en redes sociales, intentaron persuadirla de no hacerlo, o incluso, imposibilitar a Profamilia practicar el aborto.
Puesto que la mujer no demostró ninguna de las tres causales, y el embarazo ya tenía siete meses. Medina se enteró, que la mujer abortó. La Colombia provida está indignada.
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