Portada El CEO Nataly vistió de luto el corazón de Santa Marta

Nataly vistió de luto el corazón de Santa Marta

Por Yannis Moscote Castillo

El homicidio de la pequeña causó un ‘terremoto’ emocional de máxima escala en la Capital de Magdalena y se ha sentido en toda Colombia como una aterradora réplica.

Hace dos días Nataly Paola Pérez Velásquez era una inocente niña que jugaba libremente en las empinadas calles del barrio Zarabanda al sur de Santa Marta.

Corriendo de un lado a otro, como lo hace cualquier menor de edad que disfruta al máximo de su libertad, Nataly se dio a conocer entre sus vecinos.

Ella no sabía que residía en Gaira, un barrio que el cantautor Carlos Vives, lanzó a la fama como un multifacético lugar en Bogotá que se llama igual.

Además, desconocía que su barrio: Zarabanda, lleva ese nombre por una danza del Barroco, período de la historia que transformó el arte y la cultura.

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La chiquilina, ni siquiera se daba cuenta de lo rápido que pasaba el tiempo y lo cerca que estaba de volver a cumplir añitos y celebrar… celebrar mucho…

Nataly era estrepitosa, amorosa, alegre y muy sociable. Con frecuencia acompañaba a su papá Samir Pérez Teherán cuando éste jugaba fútbol.

Como lo contara el portal www.seguimiento.co; la niña, por su comportamiento tierno, afectuoso y mimoso; más parecía novia de su padre. Así la recuerda él.

La historia de Nataly Paola Pérez Velásquez es la de otros niños que en este instante en el que usted me lee, podrían estar convirtiéndose en víctimas.

Colombia es el tercer lugar del mundo con más niños asesinados, luego de Honduras y casi al nivel de Venezuela; según informe de ‘Save the Children’.

Somos tan bárbaros que las cifras de Medicina Legal, demuestran que es en abril, mes de la niñez, cuando hay más homicidios de menores de edad.

Karen Abudinen Abuchaibe, directora del Bienestar Familiar; informó que el crimen de Nataly, es el homicidio 233 de niños en lo corrido de este año.

Lo cierto es que nuestros niños están muriendo y no solamente por la acción brutal de homicidas sin alma y corazón. Muchas otras causas también inciden.

Los pequeños están perdiendo su vida por el descuido de sus mayores, negligencia de quien tiene el deber de protegerlos y la desidia ciudadana.

¿A cuántas Natalys más se les apagará la luz de la vida? ¿Qué tan conscientes somos de la protección de nuestros menores? ¿Será que tocamos fondo

 

 

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