Esta es la primera entrega de una serie de artículos periodísticos donde trataremos la situación de los habitantes de calle en Santa Marta, la ley que los cobija y las realidades que enfrentan.
Para el año 2013 la idea de una política especial para tratar a la población de calle se materializaba con la caracterización de 101 personas ubicados en los focos del Centro Histórico, El Camellón y El Rodadero.
Gran parte de estas personas llegaron a Santa Marta a conseguir una mejor oportunidad de vida. El turismo que mueve la ciudad la posiciona como uno de los espacios apetecidos para vivir.
En el 2013 se realizó la primera caracterización de personas vulnerables.
Bajo el acuerdo 005 del 13 de abril del 2015, la administración de Carlos Eduardo Caicedo afianzó la atención integral de la población vulnerable con la primera política pública del caribe colombiano.
La ley permitiría el abordaje integral, articulado y continuo del fenómeno del habitante de calle, desde la prevención y asistencia; además de la confluencia de diferentes actores tanto públicos como privados.
LA RADIOGRAFÍA
Tras un año de implementación se realizó una nueva caracterización. De 101 en el 2013, para el 2016 solo se registraron a 98 personas vulnerables. El 89 % fueron hombres y el 6 % mujeres.
Solo 44 de ellos hacían parte del régimen subsidiado en salud, los restantes no aparecían registrados o no sabían si lo estaban.
Para este año se aspira realizar una nueva caracterización.
Los lugares donde duermen siempre han sido los mismos; La mayoría de ellos pasan la noche en andenes o bancas del Centro Histórico o en el sector del Boro.
El informe concluyó que la mayoría de los habitantes de calle llegaron a esta condición por culpa de la droga. 77 de los 98 eran consumidores activos de sustancias alucinógenas.
UNA POLÍTICA EN DESIDIA
La situación frente a esta población en ‘La Samaria’ es manejable. Ciudades como Bogotá o Medellín pasan las líneas de las 10.000 personas de calle, acá hay un poco más de 100.
Su costo anual redondea los 200 millones de pesos, pero la Oficina de la secretaria de promoción social, inclusión y equidad del distrito de Santa Marta solo invierte 55 millones. La atención que presta la secretaria de Salud no está en este monto.
Gran parte de los habitantes de calle comen de las limosnas.
La atención debe ser multidimensional, así lo establece el documento base. Sin embargo, el distrito apenas cumple con la dinámica asistencialista y atención a emergencias.
Tal parece que la condición de las decenas de personas vulnerables en las calles de Santa Marta no es tan pasmada como la política que debería atenderlos.
